En el cristianismo, el poder de Dios se ve como la capacidad de Dios de intervenir en el mundo, y especialmente en la vida de las personas, para provocar un cambio y/o cumplir su voluntad. A menudo se piensa que se manifiesta en los milagros, pero el poder de Dios también se ve de formas menos dramáticas, como en la curación de los enfermos. Se considera que este poder procede del amor de Dios por la humanidad y de su deseo de vernos florecer.
Los cristianos creen que Dios tiene el poder de curar tanto los aspectos físicos como los espirituales de nuestras vidas. En la Biblia hay muchas historias en las que Dios cura a la gente de sus dolencias físicas, y también hay historias en las que Dios cura a la gente de sus dolencias espirituales, como cuando perdona sus pecados. El poder de Dios para curar se considera una manifestación de su amor por nosotros y de su deseo de vernos.
Para los creyentes, no hay duda de que Dios tiene el poder de curar. Lo vemos una y otra vez en la Biblia y en nuestras propias vidas. Dios puede sanar nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestros corazones. Cuando estamos enfermos, podemos pedir a Dios que nos cure y lo hará. Cuando estamos luchando con algo, podemos pedirle a Dios que nos ayude y lo hará. Cuando tenemos el corazón roto, podemos pedirle a Dios que repare nuestros corazones y Él lo hará. Dios es un Dios amoroso que quiere vernos sanos y enteros. Cuando acudimos a Él, siempre estará ahí para ayudarnos.
¿Se trata de una experiencia personal?
Cuando se trata del poder de Dios para la curación, no hay una respuesta única para todos. La experiencia de cada persona es única. Sin embargo, hay ciertos principios que se aplican a todos los casos. En primer lugar, Dios es soberano y Su poder es absoluto. No está limitado por nuestras debilidades o limitaciones humanas. En segundo lugar, Dios es bueno y Su naturaleza es el amor. Desea curarnos y devolvernos la plenitud. Por último, la fe es esencial. Debemos creer que Dios es quien dice ser y que es capaz de hacer lo que dice que puede hacer. Cuando ponemos nuestra fe en Él, Él es fiel a hacer su parte. Estas son sólo algunas de las muchas verdades sobre el poder de Dios para la curación. A medida que le busquemos a Él y a Su voluntad para nuestras vidas, se nos revelará de formas nuevas y maravillosas
Fuente: Psalm for healing